La actividad física es necesaria para la salud en general y la musculoesquelética, metabólica e inmunitaria en particular

 

La crisis sanitaria originada por la covid-19 ha provocado que meses atrás, casi por sorpresa, se tuvieran que adoptar medidas extraordinarias nunca vistas en nuestro país para evitar la transmisión del virus y no colapsar los sistemas sanitarios. El confinamiento en España ha sido, como sabemos, uno de los más restrictivos de Europa y del mundo, puesto que en otros países se ha permitido la práctica de actividad física, siempre y cuando se mantuvieran una serie de criterios y normas de seguridad para garantizar dicha práctica. En España, en cambio, toda actividad física al aire libre fue simplemente prohibida.

Precisamente una de las principales consecuencias del confinamiento ha sido la restricción de movilidad de las personas, con los riesgos para la salud que esta situación comporta. De ahí que la inmensa mayoría de expertos del sector de la actividad física y la salud se hayan apresurado a afirmar que nos estamos enfrentando a dos pandemias de manera simultánea: la pandemia de covid-19 y una pandemia de inactividad física. Son necesarias tan sólo dos semanas sometidos a una reducción en el número de pasos diarios (es decir, el equivalente a reducir los niveles de actividad física diaria) son suficientes para producir un significativo deterioro musculoesquelético y metabólico. Para minimizarlo, como bien recomienda la Organización Mundial de la Salud, es importante mantenerse activos durante la pandemia de covid-19, ya que los beneficios de la actividad física hacen que ésta sea una de nuestras armas más eficaces (e imprescindibles) en la lucha contra el covid-19.

ESTUDIOS E INVESTIGACIONES

El síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) es una de las principales causas de muerte secundaria a la covid-19. Esta complicación respiratoria llega a afectar al 17% de los pacientes con la enfermedad por SARS-CoV-2, al 42% de los que requieren hospitalización por la enfermedad y, de estos, entre el 67% y el 85% precisan seguimiento en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Sin embargo, el Dr. Zhen Yan, de la Universidad de Virginia, sugiere que la realización de ejercicio físico podría ayudar a prevenir, o al menos mitigar, el SDRA. Una única sesión de ejercicio aumenta la liberación de superóxido dismutasa extracelular, una enzima antioxidante que es producida endógenamente por nuestros músculos y que reduce el estrés oxidativo, protegiendo a nuestros tejidos y ayudando a prevenir enfermedades. Precisamente el estrés oxidativo en el tejido pulmonar está implicado en la patogénesis de varias enfermedades pulmonares, entre otras el SDRA, por lo que el Dr. Yan argumenta que es razonable pensar que el ejercicio podría ser efectivo para prevenir el SDRA secundario a la covid-19.

La capacidad cardiorrespiratoria, popularmente conocida como ‘resistencia’, ha mostrado ser un importante factor pronóstico de multitud de enfermedades como las cardiovasculares o algunos tipos de cáncer, y de salud en general. Estar en buena forma física podría proteger frente a algunos de los factores que parecen estar asociados con un mayor riesgo de hospitalización y mortalidad en pacientes con covid-19, como son el exceso de peso corporal, diabetes, hipertensión, enfermedad cardiovascular y un amplio etcétera. Además, algunos expertos de la salud han empezado a plantearse si una buena capacidad cardiorrespiratoria podría atenuar el estado proinflamatorio asociado con un empeoramiento del pronóstico en pacientes con la covid-19.

La obesidad parece, efectivamente, agravar el pronóstico de la enfermedad. Así, en un pequeño estudio llevado a cabo en un hospital de Lille (Francia) se observó que el 48% y el 28% de los pacientes con covid-19 que requerían ingreso en una UCI tenían obesidad y obesidad severa, respectivamente, mientras que más del 50% de los que requirieron ventilación mecánica, un indicador de deterioro de la función respiratoria, también tuvieron obesidad. Por ello, el ejercicio como principal arma, junto con la alimentación, en la lucha contra la obesidad debe formar parte de nuestro día a día durante los próximos meses.

El ejercicio físico fortalece el sistema inmune, nuestra principal barrera de defensa. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que el entrenamiento prolongado e intenso se asocia con una depresión aguda del sistema inmune que puede durar horas o días, aunque hay más sombras que luces a este respecto. De esta manera, la evidencia sobre la teoría de la ‘ventana abierta’ (periodo posterior a una sesión de ejercicio intenso en el que parece que el organismo es más susceptible a una posible infección) es limitada e inconsistente, y realmente parece que no se produce una linfopenia, sino una movilización de los linfocitos a los tejidos periféricos, donde probablemente hacen más falta en ese momento. En todo caso, y como venimos enfatizando desde este artículo, lo mejor es siempre ponerse en manos de profesionales del entrenamiento para controlar la carga y evolución de nuestro estado de salud.

LAS NUEVAS TENDENCIAS EN TIEMPOS DE COVID-19

Hoy, varios meses después del final del confinamiento, seguimos en una atmósfera de incertidumbre y temores, entre los que se encuentra asistir a una instalación deportiva o gimnasio, por el temor al contagio. Si bien en los últimos meses las instalaciones deportivas han demostrado ser lugares seguros por la alta inversión realizada en este sector en materia de seguridad y protección frente a la covid-19, no es la única opción. Estar en casa no significa que tengamos que permanecer inmóviles. Si tú eres de las personas que no pueden pasar sin el gimnasio y te preocupa perder la forma física, es un momento ideal para empezar a ponerte en forma con los nuevos métodos y las nuevas tendencias del fitness. Entre ellos, y en auge desde el confinamiento, se encuentran los entrenamientos online y a distancia mediante plataformas como Zoom, Skype o WhatsApp Vídeo. ¿Cuáles son las ventajas de estas nuevas tendencias del fitness? En primer lugar, que se adaptan a tus horarios, necesidades y objetivos. En segundo lugar, que es una forma de entrenar donde prima la seguridad, ya que la probabilidad al contacto de riesgo es sencillamente cero, puesto que no necesitas asistir a un lugar público abarrotado de personas. Y tercero, que solo necesitas una habitación espaciosa, una esterilla y motivación. El mobiliario del hogar puede convertirse en el mejor gimnasio.

Es importante que nos demos cuenta de que actualmente nos encontramos ante un periodo muy estresante para el cuerpo y la mente, lleno de preocupaciones, miedo al contagio e incertidumbre sobre cómo evolucionará todo, así que tenemos que cuidar ambos y la actividad física es una forma inmejorable de empezar. En esta situación actual es más importante que nunca que nos mantengamos activos, ya sea en el gimnasio, en la calle o en casa, pues la actividad física va a influir de forma determinante en cómo manejamos el estrés.

La actividad física moderada nos hace sentir bien, nos ayuda a pensar mejor, tomamos y mejores decisiones. Por eso, incluir algo de actividad en nuestra rutina diaria es clave, ya puede ayudar con la productividad, además de los ya citados beneficios en las líneas anteriores.

EN RESUMEN

La actividad física moderada, siempre y cuando sea supervisada por un profesional del deporte, debe ser un arma imprescindible de cara a la covid-19, ya no sólo a nivel físico, por su probada efectividad a la hora de mejorar nuestro sistema inmunológico; también a nivel psicológico, practicar actividad física y ejercicio de forma moderada nos ayudará a afrontar con más energía, ánimo y optimismo una etapa de nuestras vidas que, aunque difícil, superaremos como individuos y como sociedad.

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